En Almería, una de las provincias más cálidas de España, las altas temperaturas suponen una amenaza para los vehículos estacionados debido a su impacto negativo sobre la batería, el catalizador o la unidad de potencia. Por reducido que sea el porcentaje de coches incendiados en verano, es un peligro real para los conductores que estacionan en parking Almeria.
El parque automovilístico de Almería supera hoy los seiscientos mil vehículos motorizados, según el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía (SIMA). Como otras provincias andaluzas, la saturación de aparcamientos es una realidad, y son muchos los conductores que recurren a parkings a pleno sol, incluso durante los meses más calurosos del año.
Por encima de los cuarenta grados, aparcar a pleno sol es jugar con fuego. La frase no es gratuita: tras una o dos horas de circulación, el catalizador y otros componentes alcanzan temperaturas de trescientos grados, lo que sumado a un suelo de hierba u hojas secas, incrementa el riesgo de incendio.
Las altas temperaturas también aceleran el deterioro de los sistemas del vehículo, en especial de los coches híbridos y eléctricos. Los expertos recomiendan, para prevenir males, estacionar en parkings y garajes cerrados, preferentemente en los subterráneos con ventilación y control de la temperatura.
Cuando las condiciones idóneas de aparcamiento son inviables, se aconseja estacionar a la sombra, evitando cualquier forma de sobreexposición solar. La duración de la parada también es crítica. La ‘salud’ del coche o moto se beneficiará de periodos cortos de estacionamiento.
El uso de fundas, parasoles y otros accesorios de protección atenúa el impacto de la radiación solar y evita el temido «efecto horno» en el habitáculo. Debido al impacto del calor sobre el sistema de lubricación, los conductores de Almería y otras provincias cálidas deben revisar el nivel del líquido refrigerante, de frenos, etcétera, por el riesgo de evaporación en esta época del año.